Organizando el viaje

La historia de este viaje comienza en Mayo de 2010 justo cuando finalizamos nuestra primera visita a Nepal. En ese momento empezó a gestarse esta nueva aventura, nos quedamos con tantas ganas de más que hemos tenido que regresar.
Este sin duda ha sido el viaje que más tiempo nos ha llevado organizar, ya que además de visitar Nepal, visitaremos una zona tan conflictiva como Tibet, país para unos región autónoma para otros, para nosotros simplemente Tibet.

Así comienza nuestro próximo destino : Nepal - Tibet.

Nepal nació a partir de una flor de loto mágica en el lago que ocupaba el valle de Kathmandu. Hoy, Nepal recuerda a tierra de meditación y armonía, donde lo espiritual sobrepasa los conflictos políticos, con una cultura y un arte extraordinarios. Hasta mayo de 2011, que ha sido declarado estado secular, era el único reino hindú del mundo.

El reino de Nepal, situado a lo largo de las más altas cumbres del Himalaya, se dibuja como una tierra de paisajes sublimes, templos desgastados y algunas de las mejores rutas para practicar el trekking. En contraste con su pobreza, Nepal disfruta  de una gran riqueza paisajística y tesoros culturales. Desde tiempos inmemoriales, este territorio ha estimulado la imaginación de Occidente, y a los turistas que lo visitan les resulta un lugar difícil de olvidar. Muchos viajeros como nosotros dos, seducidos por los encantos de Nepal regresan, consientes de su amplia complejidad natural y cultural, y provistos de un buen par de botas de montaña para fortalecer las piernas, este año toca el Campo Base del Everest como auténticos alpinistas.

Pero en esta ocasión no nos detendremos aquí, y visitaremos Tibet. El propio nombre del Tibet evoca sentimientos de enigma y misterio en las remotas y aisladas cordilleras himalayas. Una tierra de antigua cultura budista, artísticos monasterios y senderos de caravanas centenarios. Tibet, el país de las nieves, el techo del mundo, seguramente se tratará de uno de los destinos más sorprendentes de Asia. Tibet es un destino fuera de lo normal, o al menos para nosotros, más habituados a países europeos, llenos de cemento y asfalto. Es un lugar donde la inmensidad del paisaje probablemente deparará al visitante más de un momento de sorprendente paz espiritual, algo muy importante en estos tiempos de prisas y estrés.

Aunque pueda parecer extraño pocos países están tan preparados para el turismo independiente como Nepal. Al llegar al aeropuerto es posible conseguir un visado, un permiso de trekking y subir el himalaya en cuestión de pocos días. Sin embargo conviene llevar preparado el viaje antes de llegar, en previsión de los retrasos, cancelaciones y demás obstáculos inesperados que se dan a diario al viajar a estos dos países.

Documento en Castellano.
la mejor manera de llegar hasta Nepal es sin duda el avión. Son muchas las compañías que operan entre España y Nepal, pero se debe tener en cuenta que todas tienen que hacer alguna escala, Emiratos Árabes, India, son algunas de las posibilidades. En nuestro caso hemos elegido hacer escala en Delhi. En esta ocasión las compañías con las que volaremos serán Iberia, para realizar la primera parte del trayecto, Madrid - Milán, y posteriormente viajaremos con Jet Airways para el trayecto Milán - Delhi - Kathmandu. En esta ocasión hemos usado el buscador de vuelos Rumbo para planificar los vuelos, ya que fue donde mejores ofertas existían.

Para poder acceder a Nepal, cualquier extranjero con salvedad de los indios necesitamos visado, este lo puedes solicitar en la embajada Nepalí en Madrid o en el consulado en Barcelona, aunque también existe la posibilidad de adquirirlo en el aeropuerto de Kathmandu a la llegada. Nosotros será esta la opción por la que nos decantemos. Ya lo hicimos así en nuestro anterior viaje y lo volveremos a repetir. Existen tres tipos de visados con tres precios diferentes, nosotros necesitaremos uno de multientrada de 30 días, ya que abandonaremos el país para visitar Tibet y posteriormente volveremos a Kathmandu, este visado cuesta alrededor de 40 dolares.

Una vez en Kathmandú solicitaremos el visado Chino y el permiso especial para visitar Tibet. Este visado por alguna rara razón no se puede conseguir en España y lo debes hacer desde Nepal si esta es tu puerta de entrada a China. No sé que nos deparará el futuro, pero este tema es el que más me preocupa de todo el viaje.

Para desplazarnos por Nepal y Tibet y no perdernos usaremos los siguientes mapas: un mapa de la zona del Tibet, otro sobre el trekking al Campo Base del Everest y un tercero de las carreteras de Nepal, siempre es interesante saber donde estas en cada momento del viaje. Muchas no son las alternativas para desplazarse por Nepal, o usas autobús de línea regula, autobús turístico o pagas a alguien para que te haga de chófer, aunque esto último puede ser algo más arriesgado. Nosotros, gracias a contactos de nuestro viaje anterior esto último será lo que utilicemos, nuestro conductor y amigo sera Sandeep Aryal.

Teniendo en cuenta que la sanidad en los países que vamos a visitar no es que destaque hemos decidido hacernos un seguro particular. Esta ya es una vieja costumbre nuestra, y cada vez que salimos de viaje, contratamos un seguro particular adaptado a la actividad que vamos a realizar. En este caso hemos contratado un seguro de aventura, bastante concreto, para evitar imprevistos de última hora. La compañía con la que lo hemos contratado es intermundial expecializada en este tipo de seguros. Nosotros contratamos este seguro por precaución, pero también es muy probable que a la hora de solicitar el permiso para realizar el trekking al Campo Base del Everest te requieran tener un seguro que incluya el rescate para concedértelo.

Todo lo relacionado con los temas logísticos y de conseguirnos los permisos necesarios, los hemos dejado en Manos de Shishir Dhakal, un nepalí que conocimos en nuestro viaje anterior y que se dedica a organizar todo tipo de viajes. En nuestra visita anterior a Nepal el se encargo de este tipo de trámites y la experiencia fue muy buena, en esta ocasión volvemos a repetir.

Y como siempre decimos, algo que es casi tan importante como los billetes de avión es una buena guía de viajes. En el mercado no encontraras demasiadas sobre Nepal, y posiblemente menos sobre Tibet, pero si buscas bien en las librerías especializadas en viajes puedes encontrar guías interesantes. Nosotros en esta ocasión llevaremos la guía de Lonely planet sobre Nepal y de la misma editorial sobre Tibet. Aunque es posible encontrar más, estas son las que mejor se adaptaban a nuestro viaje.


Material necesario para el trekking.



  1. Botas de montaña ligeras (Gore tex o similar)
  2. Chaqueta impermeable (Gore tex o similar)
  3. Pantalón impermeable (Gore tex o similar)
  4. Camisetas térmicas (2-3)
  5. Forro polar windstoped
  6. Pantalón de montaña (2)
  7. Chaleco windstoped
  8. Sudadera Polartec
  9. Pijama Polartec
  10. Buff
  11. Cantimplora
  12. Pastillas potabilizadoras de agua (90 - 100 litros)
  13. Gafas de sol
  14. Crema protectora solar y barra para labios
  15. Gorro 
  16. Guantes 
  17. Gorra para sol
  18. Frontal y pilas de repuesto
  19. Saco de dormir (-15º / -25º)
  20. Mochila personal para llevar lo imprescindible para el día (25 - 35 litros)
  21. Bastones
  22. Neceser higiene personal
  23. Chancletas baño, tipo hawaianas
  24. Toalla fibra secado rápido
  25. Calcetines trekking (4 - 5 pares)
  26. Ropa interior (4-5 unid)
  27. Botiquín


Un poco de historia de Nepal


Es conocida la llegada de los kiratis procedentes del Este entre los siglos VII y VIII a.C., si bien se carece de información suficiente sobre este pueblo, a excepción de su habilidad para la ganadería ovina y su afición por los cuchillos largos. Durante este período, apareció en el territorio el budismo; se afirma que Buda y su discípulo Ananda visitaron el valle de Katmandú y pasaron algún tiempo en Patan. Hacia el año 200 d.C., esta creencia había decaído y fue sustituida por el hinduismo, introducido por los licchavis, que invadieron el territorio desde el norte de India y derrocaron al último rey kirati. Los hindúes aportaron igualmente el sistema de castas, vigente en la actualidad, y evolucionaron hacia una era clásica de arte y cultura nepaleses.
En el año 879, la dinastía licchavi había desaparecido y sido reemplazada por la thakuri. Sobrevino entonces un difícil período de inestabilidad e invasiones, conocido como la Época Oscura. La situación estratégica del valle de Katmandú aseguró la supervivencia y el crecimiento del reino. En el siglo XIII, el rey thakuri Arideva fundó la dinastía Malla, iniciándose un nuevo período de renacimiento de la cultura nepalesa. Pese a los terremotos, invasiones y luchas entre las ciudades-Estado independientes de Katmandú, Patan y Bhaktapur, fue una era de gran prosperidad y, durante el reinado del rey malla Yaksha, en el siglo XV, alcanzó su máximo esplendor.
Los gobernantes de la casta militar de los gurkha, sitos en el extremo oriental del país, habían codiciado la fortuna de los mallas. Bajo el liderazgo de Prithvi Narayan Shah, la región se lanzó a la conquista del valle. En 1768, tras 27 años de lucha, consiguieron la victoria y trasladaron su capital a Katmandú. Desde el nuevo centro neurálgico, el poder del reino se expandió, apoyado por un ejército al parecer invencible, hasta que, en 1792, su avance se vio interrumpido por una breve aunque escarmentada guerra contra el Tíbet.


El clima hostil reapareció en 1814 debido a una disputa de territorios con Gran Bretaña. Los nepaleses fueron derrotados y se vieron obligados a firmar el Tratado de Segowlie (actual Sagauli) en 1816, que imponía la entrega del territorio de Sikkim y de la mayor parte de Terai (una porción de la franja himalaya de Terai fue finalmente devuelto en agradecimiento por la ayuda nepalesa durante el motín indio de 1857). El tratado fijaba las actuales fronteras orientales y occidentales del país, pero igualmente establecía un nuevo ministro residente británico en Nepal.


La dinastía Shah se mantuvo en el poder hasta la matanza de Kot, en 1846. Aprovechando las intrigas y asesinatos que había sufrido la familia en el poder, Yung Bahadur Rana se hizo con el control del país al acabar con la vida de centenares de hombres influyentes que se encontraban reunidos en la plaza de Kot. Bahadur adoptó el título más prestigioso de Rana y se proclamó primer ministro vitalicio, cargo que más tarde convirtió en hereditario. Durante el siglo siguiente, los Rana y su descendencia habitaron en lujosos palacios en Katmandú, mientras el resto de la población sobrevivía en condiciones medievales.
Wikipedia
Hasta 1923 Gran Bretaña no reconoció la plena independencia de Nepal. Tras la II Guerra Mundial, el obsoleto régimen de los Rana llegó a su fin. En 1948, los británicos se retiraron de India, y con ellos también su apoyo a los Rana. Paralelamente acontecieron movimientos de insurrección destinados a remodelar la política del país. Las calles se convirtieron en el escenario de luchas esporádicas y, a instancias de India, los Rana (muy a su pesar) cedieron a la negociación. En 1951, el rey Tribhuvana Bir Bikram fue ungido máximo dirigente, y formó un gobierno compuesto por Rana y miembros del reciente Partido Nepalés del Congreso.


El compromiso político se vio truncado de inmediato. Tras coquetear con las elecciones democráticas, cuyos resultados no contentaron a nadie, el rey Mahendra, hijo y sucesor de Tribhuvana, estableció el sistema sin partidospanchaayat. El monarca elegía al primer ministro y al gabinete de gobierno, así como a gran número de los miembros de la Asamblea Nacional, que aprobaban obedientemente sus decisiones políticas. El poder, como era de esperar, recaía en una sola persona: el rey.

El favoritismo, la corrupción y el desvío de la ayuda extranjera hacia las arcas reales se mantuvo hasta 1989. Las dificultades y el embargo comercial impuesto por India obligaron al pueblo nepalés a levantarse en una protesta popular conocida como Jana Andolan o Movimiento del Pueblo. Los meses siguientes estuvieron marcados por detenciones, torturas y violentos enfrentamientos que dejaron tras de sí cientos de víctimas. El rey Birendra Bir Bikram, en el poder desde 1972, disolvió su gabinete, legalizó los partidos políticos e invitó a la oposición a formar un gobierno interino. De esta forma finalizaba el sistemapanchaayat.
La transición hacia la democracia se vivió de forma pacífica y pausada, y en las elecciones de mayo de 1991 el Partido Nepalés del Congreso y el Partido Comunista de Nepal se repartieron la mayoría de los votos.
Nepal está sufriendo en carne propia las dificultades que surgen a la hora de implantar un sistema democrático operativo, en especial si es la primera vez que el país adopta este régimen político. La situación se ha visto exacerbada por su débil economía, su elevada tasa de desempleo y de analfabetismo, así como por la división de su población, tanto por motivos religiosos como étnicos.
El fracturado panorama político del país se vio agravado por la masacre de gran parte de la familia real, - el monarca Birendra incluido - a manos del príncipe heredero Dipendra. Las luchas civiles surgieron de nuevo en Katmandú, con la imposición del toque de queda para sofocar la violencia callejera.
El príncipe Gyanendra, hermano del monarca Birendra, subió al trono. El nuevo monarca, que intenta dotar a su gobierno de mayor transparencia, tiene que luchar contra un gran número de problemas, especialmente el alzamiento maoísta contra el gobierno, que ha acabado con más de 500 vidas desde su inicio en 1996. Numerosas conversaciones de paz y muchos intentos de alto el fuego han fracasado.
El accidentado camino de Nepal hacia la democracia avanzó cuando en 2002 (y de nuevo en 2003) Gyanendra abolió el consejo de ministros y creó su propio gabinete. El país ha sido testigo de más de una docena de gobiernos diferentes desde 1991, en 2003 el primer ministro Lokendra Bahadur dimitió incrementando el sentimiento de incertidumbre que afrontaba el país.

El último alto el fuego proclamado entre la guerrilla maoísta y el gobierno fracasó en agosto de 2003, provocando nuevos episodios de atentados en Kathmandu. Las esperanzas de paz y prosperidad que alberga la población de Nepal permanecen aletargadas mientras la violencia continua.