Lhasa

entrada Jokhang
Nuestra jornada ha comenzado como todas en estas vacaciones, con el desayuno. Aunque sí llego a saber como iba a terminar mejor me hubiese quedado en ayunas. Hoy lo primero que vamos a hacer es ir a visitar el templo Jokhang, aunque ayer ya estuvimos en los alrededores, hoy lo visitaremos por dentro. Este templo también es conocido en tibetano como Tsuglhakhang, es la estructura religiosa más venerada del Tíbet. Con el olor a la mantequilla de yak, incienso, el rumor de los mantras y el ajetreo de los perergrinos, el jokhang es una experiencia tibetana sin igual. Esto no hay que perdérselo bajo ningún concepto. El ambiente por la mañana es muy distinto al de la tarde, mucho más religioso, menos comercial, mucho más auténtico. Todas las capillas están extraordinariamente muy concurridas, es mejor armarse de paciencia, porque de lo contrario te irás sin ver nada y merecen mucho la pena. Este templo, además de ser el más venerado, es de los más antiguos, ya que se fundó entre 639 y 647 d.C. En la entrada del jokhang hay un patio siempre repleto de peregrinos con sus postraciones.
Interior Jokhang
Los peregrinos frotan las entradas y las cortinas de cota de malla, tocan con la cabeza las estatuas veneradas, echan semillas y billetes como ofrenda y vierten mantequilla de yak fundida al calor de miles de velas. El silencio respetuoso del ambiente solo es perturbado por los turistas chinos que son de lo más irrespetuosos.
Merece la pena dedicar algo de tiempo al tejado, con sus fantásticas vistas. Aquí sí que la paciencia será importante para soportar a los maleducados turistas chinos que se creen que son los únicos con derecho a sacar fotos desde aquí arriba.

Jokhang
El jokhang es el templo que más me ha gustado de todos los que hemos visto aquí en Tíbet, y el que más me ha impresionado, pero lo que de verdad me ha impresionado a sido ver a los monjes recoger los billetes de las ofrendas con escobas y recogedores y depositarlos en sacos. Y a su vez apilar estos sacos encima de otros sacos como si fuese harina en lugar de dinero. Las miserias de las religiones, son en todos los lugares igual. En este caso le ha tocado al budismo, y me ha desilusionado, Buda dijo: Ustedes deberán hacer el esfuerzo por sí mismos, pues los tathagatas sólo señalan el camino. Yo tenía entendido que en el propósito del budismo es la eliminación de los sentimientos de insatisfacción vital, producida por el anhelo ansioso, entendido como deseo o avaricia. Este, a su vez es producto de una percepción equivocada acerca de la naturaleza de la vida, la existencia y el ser.

Pero al parecer el que estaba equivocado era yo, ¡Que lástima!

Al terminar la visita, nos hemos quedado por los alrededores, disfrutando del ambiente y sacando fotos, muchas fotos, y como turistas que somos haciendo alguna compra, como un libro de mantras tibetanos, que no sé leer pero que es precioso.

A la hora de comer hemos ido al restaurante del hotel, que ya hemos dicho que se come muy bien y de paso dejamos las compras en la habitación. Además, este es el punto de encuentro con el grupo para después ir a ver el Potala. La comida al igual que ayer estaba rica, pero han tardado 40 minutos en servirla, así que en lugar de comer hemos tenido que engullir. 
Como íbamos con la hora pegada al culo, he dejado la llave de la habitación a la carrera en la recepción (ojo a este detalle, que aquí no viene a cuento pero es muy interesante para entender lo que nos ha ocurrido después).

Potala
Hemos estado media tarde visitando el palacio de Potala. Encaramado en la colina Ri Marpo el palacio Potala es la mayor estructura monumental en todo el Tíbet y monumento fundamental de Lhasa. Es una de las grandes maravillas de la arquitectura mundial. Desde hace siglos, la primera visión de esta estructura a modo de fortaleza supone una experiencia mágica y memorable para los peregrinos, y majestuosa para los turistas.
El Potala es una estructura de proporciones enormes, un lugar que inspira respeto reverencial durante su visita, aunque algunos del grupo se fueron un tanto decepcionados ya que solamente entendieron la visita como un simple monumento a ver, y el Potala es algo más que una simple foto de recuerdo. Desde este palacio tuvo que exiliarse a la fuerza el Dalai Lama. Aunque hay cierto debate sobre el nombre Potala, la explicación más probable es que proceda del nombre tibetano "tierra pura".
El Potala fue la residencia del Dalai Lama y sede del gobierno tibetano, y actualmente uno de los monumentos más visitados por los turistas chinos, que ironía.

Entrada Potala
Después de pasar varias horas, visitando el Potala, hemos decidido visitar la parte más moderna de la ciudad, es decir los alrededores de la Niangre South avenue, lo que vendría a ser la castellana de Madrid o la 5th avenue de NY. Es la calle donde están todas las tiendas de marca de Lhasa, una calle comercial donde sus productos, a precio europeo, están al alcance de muy pocos habitantes de Lhasa. Hemos estado ojeando las tiendas de deportes en busca de camisetas de fútbol, pero no ha habido suerte.

Al final, tanto rato mirando tiendas, que se nos ha hecho tarde, ya que hemos quedado con Tito y Rosella para cenar. Hoy vamos a intentar encontrar nuevamente el restaurante que ayer fue imposible dar con él, igual hoy tenemos suerte. Como vamos muy gusto de tiempo, hemos decidido coger un rickshaw, como anoche. Ha sido más complicado negociar el precio hoy que ayer, pero una vez que hemos llegado a un acuerdo, en 15 minutos estábamos en el hotel.
Y ahora es cuando empieza la acción. Cuando pedimos la llave de la habitación, la china de la recepción me dice que no está. Vale ¿y que? pues dame otra y ya está. Pero la muchacha me comenta que no me da otra si antes no le doy yo la primera. ¿Estás de broma no? pero si yo no la tengo. Pues nada, la muchacha sigue en sus trece, y que no me abre la puerta. Según ella, he perdido la llave y tengo que pagar 100 yuanes (10 euros) para que me deje una copia. ¡100 HOSTIAS voy a pagar! por algo que yo no he perdido.
Después de mucho discutir (los chinos son muy tercos), conseguimos que nos abran la puerta de la habitación, pero sin pagar, claro está.

Para cenar, en lugar de ir al mismo restaurante de ayer cambiamos de lugar y nos vamos al Crazy yak restaurante que este sí sabemos dónde está y ofrece lo mismo que el otro, buffet y bailes típicos tibetanos. Para mi gusto la cena ha estado justita de calidad, creo que se puede mejorar, pero hemos pasado un rato agradable, en buena compañía y hemos disfrutado con los bailes.

Al llegar al hotel y pedir la llave de la habitación, hemos tenido otra vez la misma historia que a la tarde. Que teníamos que pagar 100 yuanes para que nos abriesen la puerta de la habitación. Pero vamos a ver, que no te has enterado de nada todavía muchacha, que yo no tengo la llave, además ya me estás tocando la moral, o abres la puerta o la abro yo a patadas, tú eliges. La situación ha sido rocambolesca. Después de mucho discutir (¿he dicho ya que los chinos son muy cabezones?) la muchacha se ha puesto a mirar los videos de seguridad para comprobar si era cierto o no que habíamos dejado la llave encima del mostrador. Pero casualmente el video se estropea a la hora en la que abandonamos el hotel al mediodía. Vamos, que en este momento ya no sé si cortarme las venas o dejármelas largas.
Aunque no se ha quedado convencida, he conseguido que me abran la puerta de la habitación. ¿Pero que se creerá esta tipa que voy a hacer yo con la llave? ¿Venderla?

En fin, menos mal que mañana nos vamos a Katmandú, porque de lo contrario me mandan a los Swat por una mierda de llave. ¡100 yanes por la llave! sí aún el llavero fuese bueno, pero es un trozo de madera. Que no le pase nada porque YO NO PAGO.