Katmandú

Templo Kirtipur
Nuevamente hoy, hemos quedado con Rama. En un primer momento él tenía que trabajar hoy, pero a última hora de ayer le avisaron que se cancelaba la visita que tenía prevista, así que se ha ofrecido a pasar el día con nosotros. 
A primera hora de la mañana ha venido a recogernos al hotel, el plan de hoy es ir en autobús público hasta Kantipur. Para coger este bus, hemos tenido que ir andando hasta la parada, unos 30 minutos aproximadamente, por calles totalmente fuera de los circuitos turísticos, y donde solamente hay vecinos de esta   gran urbe llamada Katmandú. Es una experiencia formidable perderse por el verdadero Katmandú. Es cierto que no ves grandes monumentos, pero ves la vida real de una ciudad donde no todo es turismo, ni todo el mundo vive para el turismo. Katmandú es algo más que Thamel o la plaza Durbar, y me gusta lo que hemos visto. 
Coger un autobús público es otra experiencia altamente recomendable, porque entre otras cosas es muy divertido. Al principio es algo raro, y te sientes observado, supongo que será por los 20 nepalíes que no dejan de mirarme, pero en cuanto superas esos primeros minutos, te lo pasas genial. Además es mucho más barato que alquilar un coche. 

Hemos pasado parte de la mañana en Kirtipur. Esta ciudad cercana a Katmandú, presenta un maravilloso esplendor decadente gracias a os impresionantes templos medievales que jalonan sus callejas. El año pasado también visitamos este precioso pueblo newari, pero volver nos ha traído grandes recuerdos. Después de pasear por el pueblo, hemos visitado la garganta de Chobar, donde fluye el río Bagmati.

Los geólogos y los teólogos no suelen coincidir, pero todos están de acuerdo en que hace millones de años,  el valle de Katmandú era un lago, y la colina de Swayambhanth, una isla. Hace10000 años, el lago se desbordó y se seco, dejando el fértil fondo de valle que se ve hoy. Las leyendas locales relatan unos hechos mucho más espectaculares. Se dice que la divinidad budista Manjushree desenvainó su poderosa espada y, de un solo golpe, cortó el valle para liberar las aguas, creando así la garganta de Chobar. Incontables nagas salieron del valle junto con las aguas, pero muchas entre ellas Kartotak, rey de las serpientes, llegaron hasta el cercano estanque de Taudha, junto a la carretera a Pharping.

La vuelta a Katmandú la hemos vuelto a hacer en autobús público, y ha vuelto a ser una experiencia agradable y divertida.
Hoy el restaurante donde vamos a comer lo ha elegido Rama, el Yak restaurant, un restaurante donde puedes comer autentica comida nepalí y a un buen precio. Curiosamente el local estaba lleno de españoles. Hemos compartido mesa con la mujer de Rama y su hijo. Han sido muy buena compañía, su mujer habla también un poco de castellano y ha sido agradable poder conversar con ella.

Después de comer, nos ha tocado despedirnos de nuestro amigo y su familia, con mucha pena, por supuesto, gente así es muy difícil de encontrar, y nosotros hemos tenido la suerte de encontrar muy buena gente en Nepal, Shishir, Rama, Ghopal, Vishnu, Sandeep...

Hemos aprovechado la tarde para hacer lo que hacen la mayoría de los guiris, compras en Thamel. Al final como en todas las vacaciones, nos hemos dejado casi todas las compras para el último día. Hemos vuelto a la stupa de Buddha, donde hay bastantes tiendas de artesanía y creo que a mejor precio que en Thamel, además de que queríamos ver la stupa de noche.

Nuestra última cena en Katmandú ha sido en el cafe illy. Una pizza y una ensalada con un fabuloso ice expresso van a poner fin a nuestras segundas vacaciones en Nepal. Dejamos este fabuloso país con mucha pena, pero con la certeza de que volveremos a cruzar nuestros caminos, y nos encontraremos nuevamente con todos nuestros amigos, aquí en Katmandú.